Sobre mi

Este soy yo:

quicoface

o al menos una versión estilizada de mí. En la realidad tengo unos kilos más, una piel que se va arrugando poco a poco y cada vez menos pelo.

Ingeniero de profesión, que no de vocación, empecé tarde a viajar, pero me costó poco encontrarle el gusto a salir de la zona de confort. Al principio viajaba con mochila hasta que un amigo me convenció para unir mi pasión por viajar con el gusto de desplazarme en bici y, desde entonces, no concibo viajar sin ella ni sin la libertad y sensaciones que me ofrece.

Hace 12 años que lo dejé todo para viajar por primera vez sin rumbo. Ese viaje duró 6 meses y, desde entonces, decidí trabajar solo por proyectos y volver a escaparme unos meses cada vez que acababa uno. Al principio funcionaba y me contentaba con eso, pero cada vez costaba más volver y siempre se me hacía corto el viaje; hasta que, finalmente, he decidido lanzarme y salir  a vivir mi sueño de viajar varios años por el mundo disfrutando del presente.

No es que no me importe el futuro, pero sé que la seguridad de quedarme y ver crecer un número en la cuenta del banco, me parece muy poca cosa comparado con las alforjas llenas de recuerdos, personas, paisajes  y anécdotas que  espero cosechar en este viaje.

Por lo demás, llevo 44 años conmigo y aún no me conozco bien, así que no creo que pueda definirme en unas líneas, pero por intentarlo….

Me siento joven. No es que no quiera crecer, pero no puedo resistirme, por ejemplo, a darle impulso al carrito de la compra en el parking del supermercado y saltar encima para dejarme arrastrar unos metros, o a ser uno más cuando juego con mis sobrinos (a los que adoro!!) o con cualquier otro niño.

Aún no sé por qué hay lunas llenas que me llenan de energía y otras que me meten en mi caparazón y me empujan a aislarme del mundo. Tampoco por qué a veces me cubro con coraza nada más empezar una relación y otras me lanzo  y me resisto a abrir el paracaídas aún previendo la inminente caída. No sé  por qué olvido libros/películas a las pocas semanas de leerlos/verlas y recuerdo conversaciones durante años, ni por qué, aunque en general prefiero observar «desde fuera», a veces me paso y  me voy al extremo  de quedarme callado sin decir nada y otras me pongo a hablar y lo que me cuesta es mantenerme callado.

Lo que si sé es que me encanta viajar, que me gusta la gente, disfrutar de un café, un rato de lectura o un paisaje para alegrar la vista. Me gusta la incertidumbre de no saber dónde o con quien vas a acabar el día, la forma en que los problemas se resuelven casi a la misma velocidad que aparecen cuando viajas, ayudar cuando puedo y dejar que me ayuden cuando me hace falta.

Soy  un poco hiperactivo y a veces pienso demasiado, pero a la hora de tomar decisiones suelo confiar más en la intuición y en lo que siento…y esta vez, las dos me dicen «¡tira p’alante y disfruta del viaje!»