La bella y generosa Italia

No pretendo que esto sea una guía de viajes, así que me voy a ahorrar lo bonita que es Italia (el que pueda que venga a verla que no le defraudará!) y me voy a centrar en lo de la generosidad, que es lo que más me ha llamado la atención de este país.

Los italianos son generosos en exclamaciones. Son muy efusivos, y Vita y yo nos hemos hinchado a recibir entusiasmadas expresiones como “que beeeela bichicleeeeta”, “comprimeeenti!” “aguaaarda”, “grandiooooosa”, “maravilloooosa” y otras con las que alegran mis oídos. Esto, unido a improvisados aplausos, hacen que, a ratos, más que viajando en bici parece que esté desfilando 🙂

También son generosos en dejadez al aplicar las normas.

  • El primer día se me estaba haciendo de noche y no tenía muchas opciones de acampar. Paso por detrás de un chiringuito-pizzería en primera línea de playa. Tiene una valla pero, desde la playa y pasando por un pequeño espigón, consigo entrar y monto la tienda en un rincón, protegida del viento y de miradas de curiosos. A la mañana siguiente, mientras desayuno, aparece un hombre. Abre la puerta del bar, saca una escoba y se pone a barrer. Es la primera vez que acampo en un sitio privado. Me acerco a él, me confirma que es el dueño y, con tono de corderito, le suelto mi discurso: “disculpe, es que estoy viajando con esta bici, ayer se me hacía de noche y este era un sitio seguro para acampar…..pero no se preocupe que yo lo recojo todo y no le dejo ni las pieles de la cebolla al irme….”, me suelta un sonoro “absolutely no problem!!” y me dice que me quede el tiempo que quiera.
  • El segundo día acampé en la playa privada de un camping y lo único que me dijeron las dos personas que pasaron al día siguiente por allí fue si no había pasado frío.
  • Otra noche, ya para despedirme por un tiempo del mar, acampo en otro sitio prohibido. Esta vez debajo de un puente por el que pasa una preciosa vía ciclista que recorre gran parte de la costa. Por la mañana sale un día estupendo. Sin salir del saco, veo todo el amanecer como si de una peli se tratara. Me lo tomo con muchísima calma, disfrutando de los primeros rayos de sol y hasta me pongo a engrasar a Vita. Al terminar, voy al mar a lavarme las manos. A pesar de ser diciembre no me parece muy fría, así que, sin pensarlo mucho, dejo la ropa en la orilla y vuelvo dispuesto a pegarme el último baño del año. Algo me hace girarme cuando estoy con el agua por las rodillas. Hay una especie de guarda forestal sobre el puente. Me quedo parado sin saber muy bien qué hacer. Él levanta primero el pulgar (como si me estuviera contestando un WhatsApp), se señala a continuación con el índice, luego se tapa los ojos con las dos manos y, finalmente, mueve una de ellas repetidamente como diciendo “adelante!”…. y pude empezar el día a remojo 🙂

También son generosos en lo material. Llevo un bote de donativos en la parte de atrás de Vita. Estaba medio escondido hasta que una pareja se paró a hablar conmigo durante mis últimos días en Francia. Después de un buen rato hablando y mirando a Vita, se dan cuenta de que el bote está allí. Me dicen que no lo habían visto hasta ese momento y casi tengo que disculparme por no tenerlo más visible. Tras hacer una generosa aportación, me sugieren que lo ponga más a la vista porque seguro que más gente como ellos me quiere ayudar y así se lo pondría más fácil. En Italia la gente les dio la razón. El primer día me regalaron el presupuesto de casi 3 días de viaje y, aunque no volvió a llenarse tanto, raro ha sido el día que no han caído algunas monedas, o incluso billetes, en él. Al principio la gente me solía dar después de hablar un rato conmigo y de que les contara lo que estoy haciendo pero, a veces, dejo la bici fuera en algún sitio, pasa alguien, se queda mirando a Vita y lo que estoy haciendo (hay un plano con el recorrido en uno de los lados de la bandera que llevo detrás) y echa dinero en el bote sin ni siquiera haberme visto…..o quizás precisamente por eso 😉

Tampoco es nada raro que alguien me invite a un café. A veces al contar mi viaje, otras solo tengo que preguntarle a alguien donde puedo tomarme uno en ese pueblo para que se ofrezca a acompañarme y a pagármelo. Tengo muchos recuerdos de cafés y otras invitaciones que me han hecho….pero voy a ser indulgente y sólo os voy a comentar algunos.

  • La camarera de un bar me invita a un café, acepto pero le digo que primero voy a por un trozo de pizza. Dejo la bici en una especie de panadería, están cerrando y me mandan a otra. Hay varias personas mirando la bici, así que la dejo allí y voy andando (es una de las ventajas de Vita, no hace falta ponerle candado ni llevarte las cosas detrás, siempre tiene varios ojos mirándola). Cuando vuelvo hay unas 15 personas esperando para ver cómo se sube ahí. Una chica habla español y hace de traductora con las habituales preguntas de la gente. Los dejo para ir a comer y, cuando me estoy tomando el café, aparece la improvisada traductora con sus dos hijos (a los que quería enseñarles la bici) y una generosa aportación para mi viaje.
  • Paro en un mercado en la plaza de un pueblo. Me gasto 1 euro en verdura (de momento es muy fácil encontrar comida y no necesito cargar mucha). En lo poco que tardo en comprar, Vita ya tiene un circulo de gente alrededor. Viene un hombre a saludar y me pregunta si ya he tomado café. No lo he hecho, así que me lleva al bar y le dice al camarero que me ponga uno y lo que quiera de comer. Cuando salgo del bar veo a más de uno echándole monedas al bote de donativos. Se me acerca la mujer del puestecito donde he comprado la verdura y me regala una bolsa con dos kiwis, dos manzanas y dos naranjas. En esta zona hay mucha niebla y llevo dos días sin ver el sol. Le pregunto al hombre que me ha pagado el café “¿donde está el sole?, ¿aquí no hay sole?” (pues sí, mi pésimo nivel de italiano no da para más, pero tampoco me iba a poner a estudiar todos los idiomas que voy a necesitar y al final consigo hacerme entender). Se ríe y me dice que no, que en verano sí, pero que el invierno en esta zona es siempre así, y añade: “aquí en invierno no viene nadie, por eso estamos todos tan contentos de que hayas pasado por aquí!”
  • Paro en una cafetería a reponer fuerzas. Hace frío así que alargo el café y el trozo de tarta mientras hablo con las 3 únicas personas que están allí conmigo. Me piden que les haga una demostración de cómo subo. Hace rato que he acabado así que les digo que sí, que salgan fuera a verme que me voy ya. Subo a la bici y me despido con la mano. A los pocos metros me doy cuenta de que no he pagado. Doy la vuelta y, sin bajar de la bici, les digo “Lo siento!! Que se me ha olvidado pagar!!”. Se rieron y no me dejaron hacerlo.
  • Paro en un bar para entrar en calor. Veo las opciones y pido un trozo de pizza. Está muy buena así que pido otro trozo. Cuando la camarera me lo trae me dice “te lo ha pagado el hombre de la mesa del fondo”. Voy a hablar con él y a darle las gracias. Cuando veo que va a pagar, le digo que se espere y salgo fuera para coger una pegatina con el logo del blog y regalársela. El camarero ya le está devolviendo, me mira y me pregunta si ya he tomado café, le digo que no y le pide al camarero que me lo ponga y se lo cobre también. Me lo tomo y le digo a la camarera que se cobre el primer trozo de pizza…. y no lo hace porque mi benefactor ese día también me lo había pagado.

Y, para variar un poco, os dejo un par de anécdotas sin «invitación».

  • La primera la protagoniza uno de tantos coches que, tras adelantarme, paran unos metros por delante para hacerme una foto. Era un día de los que pedaleaba bajo un manto de nubes y apenas llevaba 10 minutos en la bici. Sale una mujer del coche que parece muy contenta
    – “¿Poso fare una foto?”.
    – “claro!”
    – “¿De la España?”
    – “Si…”
    – “Está girando su Facebook!!”
    Paro a hablar con ella y me cuenta que en los últimos días le han llegado muchos vídeos míos circulando en bicicleta por la zona y añade “te estás haciendo famoso!!”. No me volvió a pasar yno he encontrado ninguno de esos vídeos en internet, pero por lo visto tuve mis momentos de fama en esa zona.
  • La segunda la protagoniza un abuelo de más de 80 años en cuya puerta dejé la bici para ir a cargar agua. Después de mirar un rato a Vita, me dice que entre en su casa y me enseña una autentica colección de bicicletas y de útiles para fabricarlas. La más antigua es de 1930, pero están todas impecables. Tiene un tándem desmontable que me cuenta que usó en la guerra para pasar gente de un lado al otro, una bici que tiene el faro con una bombilla que funcionaba con petróleo y otras maravillas que disfruté viendo un buen rato.

Y, ya para terminar, en el apartado de anfitriones fue un placer conocer a Ausilia y a Chiara.

Chiara es una simpatiquísima chica que me acogió en su precioso piso en Milán. Es una periodista libre que trabaja en una radio independiente. Me dice que en esa radio los sueldos son muy bajos pero que es feliz porque, a diferencia de lo que ocurre en prácticamente todos los demás medios de comunicación, puede hablar de lo que quiera sin presiones ni guiones. Me dijo que me sintiera como en casa pero en realidad me trató tan bien que parecía que estaba en un hotel. Me preparó una deliciosa cena y un gran desayuno y hasta tenía que “discutir” con ella para que me dejara fregar los platos a mí.

Ausilia es una máquina. ¿Habéis oído hablar de la “Iditarod”?, ¿os suena una carrera con trineos tirados por perros que recorre Alaska? Pues hay una versión en bici. 1800km en invierno, con solo unos pocos puntos de paso donde recibir algo de ayuda y sin ni siquiera un móvil al que poder llamar si tienes algún problema. Ausilia es la única europea que la ha corrido. Lo ha hecho dos veces y, la segunda, batió el record de la prueba dejándolo en 17 días, 6 horas y 25 minutos (yo tardé mes y medio en hacer esa distancia con Vita). Me contó que había días que no podía beber porque era imposible encender un fuego por las tormentas de viento y nieve para derretir nieve y que, otras veces, hacía 24 horas seguidas para ahorrarse una noche de acampada. A pesar de estas gestas es una chica súper humilde y muy bondadosa que, con algo de timidez, trata de quitarle importancia a lo que ha hecho con frases como “no es para tanto, a mí me gusta el frío” o “es que estoy acostumbrada a correr carreras de 24 horas seguidas en bici” (su récord son 536km en ese tiempo…. volviendo a las comparaciones: lo que yo tardo en hacer unos 9 días). Además de esto trabaja, estudia para sacarse la carrera de preparador físico, cuida de su padre enfermo y saca tiempo para entrenar. Me alojó encima de su casa, en una habitación rústica con estufa de leña donde aproveché para descansar un par de días, escribir calentito la última publicación del blog e  intentar que se me pegara algo suyo!

Y aún me falta, entre los anfitriones, nombrar a Carlo (del que ya os adelanto que es un nombre ficticio) y a Mauro e Ilaria, mis amigos Italianos que se ocuparon de mí los últimos días antes de navidad (y de Vita mientras yo estaba de “vacaciones”), pero creo que estaréis todos de acuerdo en que esto lo deje para las próximas publicaciones, que escribo pocas veces, pero cuando me pongo….

Os dejo con las fotos de esas semanas desde un campo base muy acogedor que me han cedido para que descanse un par de días 🙂

Paisajes y pueblos de la costa Italiana:lrm_export_20170125_181345

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Bici-museo:dsc_0520

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Buenos días universo!!!lrm_export_20170111_110648

Acostarse viendo esto:lrm_export_20170111_111345

Y levantarse con estas vistas: lrm_export_20170110_213044Hacen que me cueste no enamorarme de mi nueva vida 😍

Con Chiara en su piso en Milán:dsc_0564

Ausilia y su hermano despidiéndose de Vitadsc_0558

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26 respuestas a La bella y generosa Italia

  1. faus1 dijo:

    Joer Quico vaya crónicas guapas que nos regalas.
    Mola muchísimo todo lo que cuentas y sobre todo la felicidad que transmites.
    Buen camino y sigue disfrutando a tope.
    Un fuerte abrazo crack!!!

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  2. Raquel dijo:

    Me encanta Kiko, está súper chulo todo lo que estás viviendo y nosotros de alguna manera también gracias a ti las estamos viviendo. Las fotos son preciosas como las de todos tus viajes. Sigue informando. Besos y abrazos..

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  3. romanete dijo:

    Gracias por compartir tu viaje…!! Es un placer poder leer lo que escribes..!! Un fuerte saludo y mucha fuerza para el resto del viaje..!! Y por supuesto, que te vaya todo ‘rodado’ hasta el final delante viaje…!! Forza Vita..!!

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  4. Pepe dijo:

    Bravo Quico! Sigue regalando sonrisas y felicidad!

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  5. Ana dijo:

    Solo tú puedes inspirar tan buenas acciones. Qué suerte que nos hagas participes de tu viaje escribiendo este blog. Sigue haciéndolo! Esperamos ansiosos la próxima entrega.
    Besos de Claudia!

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  6. Fran Moreno dijo:

    Espectacular Quico!!! … y solo está empezando… y para que no se acabe pronto, aleja la tienda un poco más del agua… que yo te he visto nadar y vas solo regular… 🙂 Abrazaco gordo!!!

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    • Yo antes nadaba muy bien…pero la verdad es que nunca lo he probado intentando que floten también una tienda y una bici, así que seguiré tu consejo 🙂 Ponte de acuerdo con Faus y Jordi pa la intercepción que os espero!!! Un abrazo!!!

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  7. J. Benitez dijo:

    Que inspiración que nos transmites, Kikorro!
    Me he hecho adicta a tus publicaciones como de un best seller se tratara.
    Eres como tener una ventana abierta a todos los pequeños rincones de los sitios tan fantásticos que describes.
    Un besazo!

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  8. lu dijo:

    Quicoooooooooooooooo un placer leerte y cómo se te echa de menos
    Sigue disfrutando y contándonos tantas anécdotas interesantes, divertidas y entretenidas
    Que suerte haber pasado por tu vida
    Un abrazo y saludos a vita
    Lu

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  9. ethel dijo:

    Simplemente maravilloso! 😉

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  10. Nacho dijo:

    Buah! Por favor. Un cartel al principio del las entradas del blog del riesgo que corres de morirte de envidia si la lees sería de agradecer. Me encantan. Sigue escribiendo!!

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  11. Ana y Jose dijo:

    Encantados con tus historias! Las vives tú pero las disfrutamos contigo!
    Que te siga yendo tan bien!
    Abrazos

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    • Muchas gracias!!! Tengo que reconocer que no sé exactamente quien soys (el no poner foto no ayuda mucho) pero, en cualquier caso, es un placer compartir un poco de mi viaje por aquí y abrir una pequeña ventanita al mundo para los que están en casa. Besos!!!

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  12. Sano, lo mejor de todo es que sabes entrar en el corazón de las personas que te encuentras, que te dan sin recibir nada a cambio, quizás tus historias. Ánimo para Vita, que se lo está currando.

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    • Gracias Barre!!! reciben el dudoso honor de poder contar que un día, o un rato, se cruzó en sus vidas un loco soñador a lomos de una bici muy especial 😉 …y sí, un montón de histórias cuando me da por contarlas, pero, sin duda, yo recibo muchísimo más 🙂 Vita se está portando genial, a veces le falla un poco el motor, pero no es culpa suya 😉 Un abrazo!!

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